jueves, 18 de septiembre de 2008

La Carta de Zaragoza y la privatización del Canal de Isabel II

Se privatiza el Canal de Isabel II el mismo día se difunde la Carta de Zaragoza
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció ésta semana que el Gobierno regional sacará a Bolsa el 49% del Canal de Isabel II (la empresa pública encargada de la gestión del agua en Madrid) 'para asegurar el futuro del agua en la región y dar la posibilidad a los madrileños de ser propietarios de su agua'.
Esta neoliberal del tres al cuarto quiere darle “la propiedad del agua a los madrileños”, se refiere claro a los pocos potentados que puedan invertir en bolsa. Hoy, al ser una empresa pública, todos los madrileños son propietarios de la empresa del agua, pero de lo que se trata precisamente es que esta propiedad pase a manos de unos pocos. De robarle, vamos unos recursos que llevaban en manos de los madrileños más de 150 años.
Resulta curioso que este afán privatizador venga precisamente después de la firma de la Carta de Zaragoza, procedente de la Exposición Internacional que ha abordado el tema del “ agua y desarrollo sostenible”.
Un foro que ha considerado que al proteger una gestión integrada de los recursos hídricos, se protegen al mismo tiempo la supervivencia del ser humano y la del planeta.
La Carta de Zaragoza, al margen de nuestra posición crítica sobre este tipo de eventos, esboza enunciados que se pueden compartir en su mayoría ya que defiende:
Que el acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano que debe ser garantizado por los poderes públicos.
Que los pueblos de la Tierra han asumido, a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un serio compromiso en relación con el agua.
Que el acceso al agua es un potente vector de desarrollo.
Que el agua desempeña una función fundamental en la producción y transferencia de energía.
Que la demanda de agua seguirá creciendo, principalmente por los incrementos demográfico y de la economía, lo que puede implicar un aumento de la ‘huella hídrica’.
Que las predicciones indican que el cambio climático es capaz de modificar la disponibilidad y las necesidades de agua en todo el planeta.
Que las tecnologías disponibles permiten producir agua dulce a partir del agua salada y de la niebla y, además, regenerar y reutilizar el agua a precios razonables y con menores impactos ambientales.
Que la pervivencia y transformación del medio rural están directamente vinculadas a la disponibilidad y uso sostenible del agua.
Que la sostenibilidad de la producción de alimentos está directamente ligada al uso eficiente del agua.
Que la educación, la cultura, la comunicación y la participación han de ser ejes de transformación de la gestión de los recursos hídricos en todo el mundo.
Que es básico para la gestión integrada del agua y la sostenibilidad el fortalecimiento de su gobernanza en todos los niveles, lo que implica la mayor participación y corresponsabilidad de la sociedad.
Que la unidad de cuenca hidrográfica es el ámbito territorial más eficiente para aprovechar el agua y el que mejor permite resolver los conflictos entre países, regiones o usuarios.
Que asegurar vías de financiación y formas de compartir el riesgo económico, bajo criterios de sostenibilidad, es indispensable para el éxito de las iniciativas y actuaciones en el ámbito hídrico.
Que la inversión en infraestructuras de agua en los países en desarrollo es indispensable para la reducción de la pobreza y para el crecimiento económico, siendo los niveles de inversión actuales insuficientes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Que la intervención pública debe tomar la iniciativa para promover la legislación y la estructuración adecuadas de los derechos de agua.
Que la investigación, el desarrollo y la innovación son pilares fundamentales que sustentan el conocimiento, el hallazgo de soluciones, el bienestar y la sostenibilidad en materia hídrica.
La Tribuna del Agua RECOMIENDA
A. CON CARÁCTER UNIVERSAL
A1 Que el desarrollo de las sociedades se promueva a partir de criterios de sostenibilidad y de manera respetuosa con la naturaleza.
A2 Que se establezcan prioridades y compromisos de interés general para la humanidad en torno al agua, fundados en los principios éticos de sostenibilidad, transparencia y equidad intra e intergeneracional.
A3 Que se impulse una gestión del agua participativa, eficiente y solidaria, de modo que fomente la responsabilidad individual y colectiva, mediante el desarrollo compartido de conocimiento y experiencias.
A4 Que se establezcan compromisos y normas para la mitigación de los efectos negativos causados por el cambio climático y por los fenómenos extremos, y para la adaptación a esas situaciones.
A5 Que las soluciones y los modelos de gestión hídrica se adapten a los niveles de desarrollo, cultura, y capacidades sociales y económicas de cada territorio y sociedad.
A6 Que las unidades básicas de gestión de los recursos hídricos sean la cuenca hidrográfica y el acuífero, incluso en los casos en que tengan carácter supranacional.
A7 Que se logre que haya en todo el mundo agua potable segura y saneamiento eficaz, en zonas tanto urbanas como rurales, mediante la asunción de compromisos globales, la fijación de metas realistas y la adopción de soluciones concretas.
A8 Que el abastecimiento de agua potable y la recolección y el tratamiento de las aguas residuales son prioritarios. Las administraciones públicas deben garantizarlos con tarifas justas y que aseguren la cobertura de los costes.
A9 Que la gestión de la demanda sea, al menos, tan importante como la gestión de la oferta en las decisiones de políticas, estrategias, planes, programas y presupuestos.
A10 Que se incentiven la investigación, el desarrollo y la innovación en cuanto concierne al agua y se acelere la transferencia de sus resultados y beneficios a la sociedad.
A11 Que se cree una Agencia Mundial del Agua.

Vuelve Papá Estado

Abre el informativo Gabilondo, gurú de la información con las siguientes palabras:

"El nerviosismo financiero no se detiene. Las actuaciones públicas de rescate se suceden pero los mercados son un manicomio, la desconfianza se ha instalado en el sistema. En estas circunstancias es ridículo seguir creyendo que estamos ante una mala racha, que acabará y que regresaremos -con más o menos moratones- a la situación anterior. Tal cosa es imposible, para empezar, porque cuando se sale de un túnel nunca se está en el lugar en el que se entró sino en otro distinto y, para continuar, porque el modelo económico vigente ha fracasado. Sí, ha fracasado, ¿cabe fracaso mayor del liberalismo que estas nacionalizaciones de los gigantes financieros, en los mismísimos Estados Unidos? Se está desplomando como se desplomó el comunismo en 1989. Bearn Sterns, Fannie Mae, Freddie Mac, AIG, son como pedruscos derribados del Muro de Berlín liberal. Hoy, aquí, en España, el presidente de la CEOE ha dicho -agárrense- que debería "hacerse un paréntesis en la economía de libre mercado". Sí, han oído bien. En fin, estamos ante un fin de trayecto, no dimos la importancia debida a los síntomas que anunciaban la locura, el pinchazo de la burbuja tecnológica en el año 2000, el caso Enron. Especulación, humo, voracidad... el pensamiento dominante, crecer y crecer hasta el infinito, no está en las leyes de la realidad, ni en las de la física, pero es el primer dogma de nuestra economía. Pues bien, se acabó, así que no importa tanto cuándo saldremos del túnel, sino donde estaremos y hacia dónde nos tendremos que dirigir. Esta crisis es mucho más que económica y no se podrá encerrar entre paréntesis para volver atrás."

Debaten en 59 segundos, los portavoces del capitalismo, los neoliberales, representados por ABC, La Razón… los keynessianos, por El Periódico de Cataluña, la Ser. De capa caída los neoliberales, con sonrisita autosuficiente, aunque sin respuesta para la crisis. En definitiva se les ha venido el mundo de sus principios abajo. El principio de Adam Smith de que el mercado se regula por si sólo en solfa. Los neoliberales cuando hay beneficios se lo embolsan, ahora corren desesperados para que Papá Estado, del que renegaban les tape los agujeros y entre todos paguemos los platos rotos de su desmedida avaricia. Lo peor de estos programas, faltos de pluralidad, es escuchar estupideces de ideólogos, como las del portavoz de La Razón”, el marxismo, uff que horror, una antigualla….” Algún economista ha dicho que la crisis es sistemática y que cada 150 años se produce un cambio de régimen. La cuestión es si los cambios nos llevaran a otro tipo de capitalismo más salvaje o sí todavía hay espacio para poner la economía al servicio del hombre.