domingo, 3 de enero de 2010

CASTRO DEL RIO RECUPERARA EL CONTROL DEL AGUA POTABLE

Las miles de firmas recogidas en su día por Izquierda Unida, contra la integración en Emproacsa, Empresa Provincial del Servicio de Agua potable, han dado su fruto. Al final los argumentos que en su día se expusieron se han impuesto. El coste del recibo del agua sufriría un incremento-como se dijo en su momento- y el Ayuntamiento tendría que hacerse cargo de parte del personal no absorbido por la Empresa Provincial.
La fuerte subida prevista para el año 2010, una subida media de 10 por euros por trimestre, han hecho tambalear al Equipo Gobernante, del PSOE-PA y han optado por convocar un Pleno extraordinario y urgente para el último día del año, a las 13 horas. Y lo han hecho como acostumbran, saltándose las más elementales normas democráticas, sin convocar la Junta de portavoces, Comisión informativa, ni acompañar un solo papel que justifique la medida. Esta salida precipitada pone de manifiesto la soledad en que se encuentra el Alcalde y la pendiente que ha cogido hacía abajo, sin remedio, ni freno.

Claro que la denuncia del Convenio no tendrá efectos inmediatos y la salida real no se producirá, al menos, durante los próximos doce meses, con lo cual los fuertes incrementos los sufrirán los vecinos (más de doscientos mil euros anuales).
Viene bien recordar, que durante los dos mandatos de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Castro del Río, las tasas no sufrieron cambios y el servicio se prestó con normalidad, pagándose religiosamente el agua que suministraba el Consorcio. Y no se produjo entonces una subida para favorecer las economías familiares, en un cálculo aproximado de 1.500.000 euros. Con la integración en Emproacsa el incremento ha sido casi de doscientos mil euros anuales, pagados de los bolsillos de los castreños y castreñas.

El Grupo Municipal de Izquierda Unida ha defendido la salida de Emproacsa y apostará por la creación de un Servicio Municipal de Aguas o una Empresa Pública que gestione adecuadamente este importante recurso y los beneficios repercutan en todo el vecindario, especialmente con bonificaciones para las familias más desprotegidas.
Han necesitado dos años para darle la razón al pueblo de Castro, y por ende al esfuerzo de Izquierda Unida, que desde el primer día salió a la calle a defenderlo, con mociones y alternativas de trabajo teniendo muy claro del lado de quién estaba. Por un lado del lado del ciudadano, no de una empresa arruinada, retiro de políticos del PSOE, que deriva precipitadamente a la privatización; y por otro lado en defensa de la economía municipal que dejaba de ingresar anualmente unos 200.000 euros.
En días venideros y con más sosiego, tendremos tiempo de analizar tranquilamente cuánto le ha costado a las arcas municipales estos años que vamos a permanecer en EMPROACSA.

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