lunes, 26 de abril de 2010
La toma de Torreparedones
La Toma de Torreparedones define la acción:" La cultura y el legado de estas tierras también son de Castro del Río y nos pertenecen."
Hoy, un grupo de vecinos de Castro, hemos tomado Torreparedones,si buscamos la esencia espiritual de ese santuario ibérico, diriamos que fue bajo la protección de Dea Caelestis, una de las deidades con más advocación onírica en el mundo ibérico y en el oráculo de Torreparedones, es decir con consejos o predicciones dados directamente al demandante en el propio santuario.
La predicción más certera sería que en la próxima legislatura, con gobierno municipal de Izquierda Unida, el patrimonio histórico será recuperado y Castro del Río participará de pleno derecho en Torreparedones.
Curiosamente, en Itálica, era conocida como la diosa protectora de caminantes y viandantes, con lo cual la pequeña caminata hasta la toma del Castillo de Castro el Viejo, fue bajo su protección. De esta guisa una caravana formada por diez vehículos partieron del Llano de la Fuente de Castro del Río éste lunes, convocados por la Asamblea Local de Izquierda Unida, para el asalto de ésta atalaya de la Campiña y reclamar la participación del municipio de Castro en el proyecto de futuro parque arqueológico de Torreparedones, hoy asumido en su totalidad por el Ayuntamiento de Baena.
Para llegar a Torreparedones desde la Carretera de Cañete, apenas le separan unos 15 kilómetros desde Castro del Río, pero después hay una larga caminata entre olivares y el verano parece que adelantado en su calendario, aconsejaron a la organización otro trayecto. De ahí que se optó por un rodeo envolvente que llevó por el Camino de Jaén, hasta el puente La Maturra, con una primera parada técnica para esperar otros vehículos que se incorporaban a la marcha. Después y tras un largo polvoriento camino, sin señalización alguna la caravana desemboca en un cortijo, sin salida, que dejaba la torre perdida en el horizonte. Vuelta hacía atrás para reencontrar el camino definitivo, a trozos asfaltados y en otros casos de insoportable trazado. Por fin la comitiva llega a su destino, pero antes algunos debieron abandonar, por cuestiones laborales. Aunque la torre del Castillo se denomina desde muchísimos puntos de la Campiña, no en vano es vértice geodésico por su dominante posición en la zona SE de la provincia de Córdoba y techo de la campiña, como nos señala el hito situado en la muralla, la llegada hasta la torre es laberintica, tanto es así que algunos vehículos incorporados más tardes se perdieron y no dieron con la vía correcta. Por Baena Torreparedones queda muy lejos, desde Castro del Río está a un paso y un carril de uno o dos kilómetros sitúa en el yacimiento cómodamente al viajero.
Por suerte, aunque todo el recinto estaba vallado, las puertas estaban abiertas y como se trataba de un "asalto", no era cuestión de pedir permiso. Así que vía expedita hasta la puerta de entrada de la fortaleza, unas ciclópeas torres, que dan idea del recinto.
Una empinada cuesta lleva a Castro el Viejo. En el patio de armas del castillo, por el centro, pasa precisamente la línea invisible que divide los términos municipales de Baena y Castro del Río. En la pequeña fortaleza medieval, en tiempos habitada por más de 1.500 almas hasta el siglo XV, siempre sopla el viento, una brisa que se agradece tras la caminata entre los olivares, bajo los cuales yace una ciudad. Alguien comentó que hay un proyecto de molinos de viento, en éste territorio. Parece que el paso de las avutardas, como así indica un cártel de la Junta de Andalucía, que ubica en la zona reserva de aves y el futuro parque arqueológico son incompatibles con la energía eólica. Desde la torre se divisan al menos 20 pueblos. En días claros se divisan hasta las blancas montañas de Sierra Nevada.
En las faldas del viejo castillo y emergiendo de la tierra ha surgido el foro romano. Una plaza, en la que destacan y asombran las bazas de columnas, tan enormes, que dan pie para soñar con un palacio imperial. El suelo está tan bien conservado y el entorno es de tal riqueza que no estamos ante una pequeña villa romana, sino ante las ruinas de la Ciudad más importante de la Campiña y quizás de la Subbética. La cabeza de Claudio o las figuras togadas son la primera avanzadilla de los tesoros arqueológicos que encierra ésta tierra. El corte estratigráfico de algo más de dos metros de tierra, es precisamente la acumulación de materiales en dos mil años. Por encima del foro aparece la torre y desparramada por la ladera una ciudad por descubrir.
Con esta toma símbolica, protagonizada por un puñado de castreños y castreñas, hemos respirado los aromas y la brisa de la historia y nos hemos sentidos protagonistas de una pequeña gesta de reivindicación de lo nuestro, porque ahí están los antepasados de los baenenses, pero también de los castreños. Sabemos que mucha gente no ha acudido por prejuicios y porque el acto lo convocaba Izquierda Unida y no quieren, como se dice en Castro " señalarse". Pero son muchos los que piensan lo mismo.
De modo simbólico la organización de la marcha ha dejado escrito en Torreparedones :" La cultura y el legado de estas tierras también son de Castro del Río y nos pertenecen."
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