domingo, 3 de octubre de 2010
En el Centenario con Vientos del Pueblo
La plaza de San Juan, recoleta y encantadora, presidida por un enorme ciprés de más de 20 metros de altura, junto a la leyenda cervantina sobre la libertad, fue el escenario donde cayeron como rayos los versos de Miguel Hernández.
Marisa Ruz, con voz pausada y cálida hizo un recorrido biográfico de la vida del poeta comunista. Francisco Merino, dio lectura a una elegía de su creación y Domingo Caravaca leyó el Niño yuntero, con gravedad y seriedad.
Blas Criado y Juanele Pinillos pusieron la guitarra y la voz. Un homenaje sencillo, en una plaza silenciosa, con vecinos en las puertas y en las graillas siguiendo el acto con profundo sabor popular.
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