Los sondeos electorales, previos a las próximas elecciones Generales, se convierten nuevamente en un arma electoral al servicio de los dos gran partidos. Dependiendo del grupo mediático, así se cocina la encuesta y se complace a los estados mayores de los partidos. Además quien paga la encuesta no debe salir malparado. Esta debe realizarse a satisfacción del cliente.
La mas reciente es la macroencuesta del Publiscopio, elaborada con una muestra de 9.100 entrevistas, apunta una victoria estrecha del PSOE, con 167 escaños, frente a 151 del PP y que aparece en Público.
Según esos datos, cada uno de los dos grandes partidos ganaría tres escaños con respecto a los resultados de las generales de 2004, lo que esta vez es coherente con la respectiva mejora en estimación de voto. Los socialistas mejorarían en algo menos de medio punto y los populares en 0,8 puntos, de tal forma que la ventaja de hace cuatro años se reduce minimamente de 4,9 puntos a 4,5.
Izquierda Unida-dice la encuesta- está en condiciones de lograr un escaño más. La formación que lidera Gaspar Llamazares suele ser tratada óptimamente por las encuestas y su problema será, como siempre, preservar sus electores del impulso del llamado voto útil de última hora.
Se trata con estos sondeos de animar un poquito el patio, pero tampoco de asustar demasiado. Así la encuesta, en este caso, del grupo Mediapro, (amigos de Zapatero), da la victoria al PSOE, pero ¡ojo! No hay que confiarse. No se puede hablar de una victoria clara, porque desmovilizaría al electorado y hay que agrupar de nuevo el voto, porque el PP ha reducido la ventaja.
Una encuesta echa a medida, para ir calentando motores, que vendrá acompañada más adelante de los debates “amañados”, entre los dos grandes partidos. Se trata de escenificar la pelea en dos polos.
Si a lo anterior le sumamos la Ley electoral, que perjudica enormemente a las minorías no nacionalistas, tendremos el anclaje perfecto para bendecir el sistema “democrático”.
F.C.
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