Dictadura bicéfala

Me gusta medir los programas electorales y las expectativas sociales, en base al rechazo o complacencia que los poderes fácticos tienen sobre éstos. Me he preguntado, ante la cita del día 9, si tiemblan los cimientos de los grandes poderes económicos, esos de los que sólo cinco de sus empresas son capaces de obtener 30 mil millones de beneficios el año pasado. Cantidad muy por encima del superávit de las arcas del Estado. Y resulta que no sólo no tienen el pulso acelerado, sino que ya han quedado el lunes con Solbes, para ver “que ahí de lo mío”. Es decir el jefe de la patronal ya ha apostado por el PSOE y su ministro le agradece el gesto prometiéndole una reducción en el Impuesto de Sociedades. ¿Hay algo más gráfico que ésta estampa?. ¿Se puede conciliar el interés de los representantes de la Patronal con el de los trabajadores?Otra de las preguntas que me ronronea. ¿Se han dado cuenta que desde que Zapatero tomó el caldito con el Nuncio, la Iglesia ha vuelto a las sacristías y retorna Paco Claver, digo… Rouco Varela?. Además del caldito, la Iglesia me temo, que se ha llevado otra cosa bien calentita, como puede ser la continuidad de sus privilegios y financiaciones varias.Ninguna inquietud por tanto en el horizonte del parquet de la bolsa, ni preocupación en los llamados poderes fácticos. Mientras, los estados mayores del cuarto poder se trabajan a tope el bipartidismo con la complacencia de la Junta Electoral Central y del Supremo. Se va instalando como una enorme loza el pensamiento bicéfalo, que en el fondo es único e indivisible. Los periodistas y comentaristas, siempre colocados por grupos afines, ya no sólo no son objetivos (si es que alguna vez lo fueron), sino que son apasionados militantes de los partidos, en base a los grupos mediáticos a los que pertenecen.Tan a gusto están todos los poderes que da hasta miedo.Mientras tanto, a la tercera fuerza política se la quiere hacer invisible y se trabaja denonadamente para instalar la dictadura bicéfala, al estilo americano, como corresponde a una dócil provincia del Imperio. Con este panorama, rebelarse con el único voto útil, el de IU, es lo que nos queda para transformar y cambiar esta exquisita fotografía en blanco y negro.

Paco Cañasveras